lunes, 18 de mayo de 2015

Poblado Ibero del Puig Alcoy




Ruta al Poblado Ibero del Puig  (ALCOY)




El poblado ibérico de El Puig es uno de los más interesantes que se pueden visitar en la Comunidad Valenciana, destacando un sistema defensivo con una torre que todavía se encuentra en la entrada.


En la carretera nacional  340 que comunica Alicante con Alcoy, si venimos de Alicante, justo antes de entrar en una curva a la izquierda que da acceso al barranco de la batalla, a unos 5 km hay una amplia carretera asfaltada a la derecha. Si al contrario desde Alcoy el desvió nos coge a la izquierda nada más salir del barranco. Hay que coger esta carretera que baja unos metros y 500 m. Ruta al Poblado Ibero del Puig  (Alcoy) más adelante pasamos por delante de un restaurante que también es un club de tenis. Siguiendo recto, a unos 700 m del club de tenis llegamos a un cruce donde hay una señal de madera con indicaciones del sendero. A la izquierda señala la dirección al Puig. Mientras subimos por una carretera asfaltada vemos algunas casitas. Más adelante hay sitio para aparcar el coche. A continuación, seguimos andando por el camino que hemos venido, y hay que girar a la izquierda y luego sales a la derecha. Las indicaciones blancas y amarillas del sendero de pequeño recorrido nos irán acompañando durante subida de la ruta. El camino va ganando altura poco a poco. Al llegar a una curva del camino donde se tiene una inmejorable vista del conjunto del poblado y las espectaculares rocas que lo definen por el Oeste precipitándose en el Barranco de la Batalla. También llaman la atención las cuevas que hay alrededor de las rocas en la cima donde se ubica el poblado ibérico. Según vamos subiendo entre los pinos y encimas se van apreciando la magnitud de la muralla. Desde el coche se tarda más de un cuarto de hora en llegar a la entrada del poblado, tras haber recorrido menos de un kilómetro.






El poblado del Puig es el más antiguo de los conocidos de esta cultura en la comarca alcoyana.


La llegada al poblado es espectacular. Solamente llegar vemos metros de muralla que protegen las partes más accesibles del poblado. Las murallas en algunos puntos superan los 2 metros de altura y si las reconocemos veremos acumulaciones de piedras que corresponden a lo que debieron ser torres encastrados en la muralla, sus dimensiones son mucho más pequeñas que la fortifican que defiende la entrada. 






Sin duda lo más impresionante es la torre que defendía en la entrada del poblado. La torre llaga a alcanzar los cuatro metros de altura, tiene planta rectangular  y mide más o menos, 5 x 12 metros. No deja de causar asombro su técnica constructiva, donde las piedras lo levantan están encajadas  a la perfección.  Ahora pasamos al interior del poblado ahora defendido por los cantinelas que harían guardia en la poderosa torreta.



En los primeros 100 metros se aproximadamente del primer conjunto de murallas nos encontramos con una segunda hilera de fortificaciones. Una interpretación dada a estos dos recintos protegidos es que el superior sería el lugar de habitación, mientras que el más oriental, el primero por el que hemos pasado sería utilizado como recinto para guardar y proteger el ganado. Desde la entrada del segundo recinto y yéndose hacia el Norte tenemos una gran vista de la Serreta donde se encuentra el poblado ibero que seguramente hizo que se abandonara El Puig pues le sucedió en el control de estas tierras. Para entrar en el segundo recinto atravesando las grandes acumulaciones de piedras que corresponden a los restos de las murallas y fortificaciones que protegían la parta alta del poblado. Al lado de la entrada del segundo recinto se ven los restos de la excavación de casas y muros. Poco queda de las casas, si bien los restos que hay nos muestran la típica planta rectangular de los poblados íberos, con cimiento de piedra trabada con barro y el alzado perdido debió de ser de tapial. Se ha encontrado cerámica griega. También se ha encontró cerámica ibérica, falcatas y puntas y regatones de lanza, pesos de balanzas y hebillas.
El asentamiento ocupa toda la meseta cimera hasta los escarpes que protegen la parte Oeste del poblado y que se precipitan al barranco de la batalla. Desde estos 890 metros de altura donde nos encontramos ante una bella panorámica: hacia a el Norte hay una inmejorable vista de Alcoy, en cuyo museo reposan los hallazgos aquí encontramos, el Barranc del Sinc, la Sierra Mariola, el castillo de Cocentaina, la Serreta, la Sierra de Benicadell; al Oeste se ve la Sierra de Menejador, al sur la Carrasqueta y els Plans, en cuyos campos que ascienden hacia la cumbre y que hoy están salpicados de masías y chalets de desarrollarían estas gentes la agricultura. También encontraremos en la cima  una placa dedicada al arqueólogo Vicent Pascual Pérez por el centro Excursionista de Alcoy que nos recuerda la labor de estos amantes de las huellas del pasado cuya labor nos permite hoy en día a viajar en el tiempo y sentir el pálpito de lo antiguo.






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