Ruta al Poblado Ibero del Puig (ALCOY)
El poblado
ibérico de El Puig es uno de los más interesantes que se pueden visitar en la
Comunidad Valenciana, destacando un sistema defensivo con una torre que todavía
se encuentra en la entrada.
En la
carretera nacional 340 que comunica Alicante con Alcoy, si venimos de
Alicante, justo antes de entrar en una curva a la izquierda que da acceso al
barranco de la batalla, a unos 5 km hay una amplia carretera asfaltada a la
derecha. Si al contrario desde Alcoy el desvió nos coge a la izquierda nada más
salir del barranco. Hay que coger esta carretera que baja unos metros y 500 m. Ruta al Poblado Ibero del Puig (Alcoy) más adelante pasamos por delante de un restaurante que también es un club de
tenis. Siguiendo recto, a unos 700 m del club de tenis llegamos a un cruce
donde hay una señal de madera con indicaciones del sendero. A la izquierda
señala la dirección al Puig. Mientras subimos por una carretera asfaltada vemos
algunas casitas. Más adelante hay sitio para aparcar el coche. A continuación,
seguimos andando por el camino que hemos venido, y hay que girar a la izquierda
y luego sales a la derecha. Las indicaciones blancas y amarillas del sendero de
pequeño recorrido nos irán acompañando durante subida de la ruta. El camino va
ganando altura poco a poco. Al llegar a una curva del camino donde se tiene una
inmejorable vista del conjunto del poblado y las espectaculares rocas que lo
definen por el Oeste precipitándose en el Barranco de la Batalla. También
llaman la atención las cuevas que hay alrededor de las rocas en la cima donde
se ubica el poblado ibérico. Según vamos subiendo entre los pinos y encimas se
van apreciando la magnitud de la muralla. Desde el coche se tarda más de un
cuarto de hora en llegar a la entrada del poblado, tras haber recorrido menos
de un kilómetro.
El poblado del Puig es
el más antiguo de los conocidos de esta cultura en la comarca alcoyana.
La llegada al poblado es
espectacular. Solamente llegar vemos metros de muralla que protegen las partes
más accesibles del poblado. Las murallas en algunos puntos superan los 2 metros
de altura y si las reconocemos veremos acumulaciones de piedras que corresponden
a lo que debieron ser torres encastrados en la muralla, sus dimensiones son
mucho más pequeñas que la fortifican que defiende la entrada.
Sin duda lo más impresionante es
la torre que defendía en la entrada del poblado. La torre llaga a alcanzar los
cuatro metros de altura, tiene planta rectangular y mide más o menos, 5 x 12 metros. No deja de
causar asombro su técnica constructiva, donde las piedras lo levantan están encajadas
a la perfección. Ahora pasamos al interior del poblado ahora defendido
por los cantinelas que harían guardia en la poderosa torreta.
En los primeros 100 metros se
aproximadamente del primer conjunto de murallas nos encontramos con una segunda
hilera de fortificaciones. Una interpretación dada a estos dos recintos protegidos
es que el superior sería el lugar de habitación, mientras que el más oriental,
el primero por el que hemos pasado sería utilizado como recinto para guardar y
proteger el ganado. Desde la entrada del segundo recinto y yéndose hacia el
Norte tenemos una gran vista de la Serreta donde se encuentra el poblado ibero
que seguramente hizo que se abandonara El Puig pues le sucedió en el control de
estas tierras. Para entrar en el segundo recinto atravesando las grandes
acumulaciones de piedras que corresponden a los restos de las murallas y
fortificaciones que protegían la parta alta del poblado. Al lado de la entrada
del segundo recinto se ven los restos de la excavación de casas y muros. Poco
queda de las casas, si bien los restos que hay nos muestran la típica planta
rectangular de los poblados íberos, con cimiento de piedra trabada con barro y
el alzado perdido debió de ser de tapial. Se ha encontrado cerámica griega. También
se ha encontró cerámica ibérica, falcatas y puntas y regatones de lanza, pesos
de balanzas y hebillas.
El asentamiento ocupa toda la meseta
cimera hasta los escarpes que protegen la parte Oeste del poblado y que se precipitan
al barranco de la batalla. Desde estos 890 metros de altura donde nos
encontramos ante una bella panorámica: hacia a el Norte hay una inmejorable
vista de Alcoy, en cuyo museo reposan los hallazgos aquí encontramos, el
Barranc del Sinc, la Sierra Mariola, el castillo de Cocentaina, la Serreta, la
Sierra de Benicadell; al Oeste se ve la Sierra de Menejador, al sur la
Carrasqueta y els Plans, en cuyos campos que ascienden hacia la cumbre y que hoy
están salpicados de masías y chalets de desarrollarían estas gentes la agricultura.
También encontraremos en la cima una
placa dedicada al arqueólogo Vicent Pascual Pérez por el centro Excursionista
de Alcoy que nos recuerda la labor de estos amantes de las huellas del pasado
cuya labor nos permite hoy en día a viajar en el tiempo y sentir el pálpito de
lo antiguo.
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